lunes, 21 de noviembre de 2016

Árboles de hoja caduca y árboles de hoja perenne.

Hemos salido a observar los árboles que hay en el patio y en el jardín de nuestro colegio y nos hemos dado cuenta que hay árboles no tenían hojas y otros que sí.

La pérdida de las hojas en otoño siempre nos llama la atención. Pero, ¿Por qué ocurre?

La pérdida de las hojas es consecuencia de la adaptación al invierno. En invierno, no solo las temperaturas son bajas, sino que disminuyen las horas de sol diarias. Esto quiere decir que algunas plantas no tienen luz suficiente para fabricar sus alimentos y, por tanto, no pueden mantener su metabolismo tan activo como en las otras estaciones. Deben entrar en un estado de letargo invernal.

 Este letargo sirve al árbol para defenderse de las bajas temperaturas. En el tronco de un árbol hay una circulación continua de agua, que podría helarse si las temperaturas descienden bajo cero. Como el agua, al helarse, aumenta su volumen, podría ocasionar daños en los vasos conductores del árbol. Para evitar este hecho, los vasos conductores se taponan con una sustancia llamada calosa. Así se impide la circulación por el tallo. Como consecuencia, no llegan sustancias nutritivas a las hojas, y estas se mueren y se caen.

 En el otoño con el frío y el viento, muchos árboles pierden sus hojas, se ponen amarillas y caen al suelo.

Los árboles que pierden las hojas son ÁRBOLES DE HOJA CADUCA como el castaño, el nogal, el avellano, el manzano...

Otros árboles no pierden sus hojas con la llegada del otoño.Los árboles que no pierden las hojas se llaman ÁRBOLES DE HOJA PERENNE como el naranjo, el pino, el limonero, el laurel...










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