miércoles, 29 de junio de 2016

20 COSAS MÍNIMAS QUE TODO NIÑO DEBE HACER EN VERANO

El verano ya está aquí y  significa un momento especial para la familia pero sobre todo para los hijos. Es como la época en que los niños se merecen más que nunca permitirse ser niños y disfrutar de su tiempo a su gusto. No quiero decir que el resto del año no lo deban hacer, ¡ni mucho menos! Pero después de un curso intenso, repleto de aprendizajes, esfuerzos, horarios, obligaciones, extraescolares, acostarse y levantarse temprano,… necesitan bajar el ritmo e invertir gran parte de sus horas en aquellas cosas que realmente les apetezcan!

Y nosotros también, bajar el ritmo y recordar nuestra infancia para empatizar en profundidad con ellos y disfrutar de este momento que es único y fundamental para esa personita que se está formando.

Recordando nuestra infancia y observando a nuestros hijos, nos vienen a la mente 20 cosas mínimas que todo niño, tenga la edad que tenga, debería de experimentar en verano sin problema, como lo hemos hecho nosotros cuando éramos pequeños.

Salir del agua con los dedos arrugados. Y sí, casi todos los niños vivirían en el agua durante todo el verano. Pueden tener los dedos arrugados, los labios morados y tiritar de frío pero seguirían en el agua. Han de salir del agua un rato, claro que sí; sólo recuerda que lo que les retiene dentro es la diversión que están sintiendo!

Ansiar locamente comer helados. También estarían todo el día a todas horas con un helado en la mano. Es que el verano es para helados también!! Y podemos utilizar esta ansia para aprovechar que coman fruta diferente con helados tipo “helado de hielo”, hechos con fruta fresca!

Acostarse tarde. Les encanta, si el cuerpo les aguanta claro! Poder disfrutar de las sobremesas veraniegas jugando mientras nos escuchan conversar… una gozada, o así lo recuerdo yo de cuando era pequeña… yo creo que les hace sentirse mayores.

Leer un buen libro con calma. El verano también es para seguir leyendo y poder disfrutar los libros con más calma. No te olvides de llevarte unos buenos libros para las tardes y las noches de verano. 

Conocer niños nuevos. Es una época en que unos niños vienen y otros se van y aparecen nuevas oportunidades de conocer y relacionarse con otros niños, apareciendo en estas nuevas relaciones sociales muchos momentos de aprendizajes: gestión de emociones, resolución de conflictos, nuevas maneras de jugar, nuevos juegos… ¡Por estas razones es interesante fomentar espacios donde haya niños para relacionarse!

Ensuciarse. Ya sea de arena, de helado, de barro, de pintura… Desde mi punto de vista es una época en que el ensuciarse debería de estar más permitido que nunca porque no hace frío y tan solo es cuestión de volverse a cambiar cuando la diversión se haya acabado y quitarse el estrés de tener que ir impecable!! (por lo menos durante un buen rato)

Caminar descalzos. No hace frío tampoco para ir con los pies descalzos y a parte es muy beneficioso para los niños ya que pueden volver a sentir con ellos, conectarse con la tierra y a la vez hacer bajar la temperatura del cuerpo. Deja que sean “pies negros” unos cuantos días… ¡ya a la vuelta del verano estarán con los pies calzados de nuevo!

Experimentar la belleza de una puesta de sol. Vamos todo el año corriendo sin ni siquiera tener tiempo para pararnos y disfrutar de la maravilla de la naturaleza como es una puesta de sol. Es un acto natural que se repite cada día, como el amanecer, y muchas veces ni lo vemos. Enseñarles a valorar estas pequeñas cosas que no se pagan con dinero creo que es una de las cosas que el verano les ha de aportar.

Encontrar tesoros naturales. Los niños en la montaña o la playa pueden llegar a encontrar, si les damos el tiempo necesario, variedad de “Tesoros de verano”. Me encantaría que los vieras como algo valiosísimo porque seguramente para ellos lo son, y que lo guardéis ya sea como recuerdo, como material de juego o para hacer alguna actividad a la tarde, como alguna de estas 11 ideas para jugar y aprender con los “Tesoros del Verano”. Te están demostrando que si agudizamos la mirada podemos encontrar en nuestro entorno cosas maravillosas sin necesidad de comprarlas.

Descubrir un lugar nuevo. Conocer lugares diferentes a los niños les aporta, aparte de nuevos aprendizajes, nuevas experiencias y esto es algo que se llevan de más! Así que, ahora que podremos disponer de más tiempo podríamos aprovechar e ir a algún museo nuevo, un parque, un acuario, una exposición o simplemente un nuevo destino de vacaciones.

Embadurnarse de arena. Te puede gustar o no pero a los niños les llama mucho la atención embadurnarse y/o enterrarse total o parcial en la arena. ¿A ti no te pasaba?. Y luego salir corriendo al agua! No sé cuál es la razón pero es así y no te preocupes, la arena se irá en el mar o la ducha, ¡pero esa vivencia quedará para siempre!

Aburrirse. Fundamental y nada preocupante. Es una de las mejores sensaciones que pueden experimentar y, si les dejamos experimentarlas sin llenarles de nuevas actividades fomentadas por nosotros, surgirán ideas fantásticas salidas puramente de su interior! ¡Es el momento en que la creatividad y la imaginación se ponen a bailar! No paremos ese momento tan especial aunque te tengas que morder los labios por todo lo que le quisieras sugerir!

Dibujar a lo grande o pequeño. Es tiempo también para poder dejar fluir el interior artístico que todos llevamos dentro, con tiempo y calma. Facilítales nuevas maneras de experimentar la creatividad, nuevas técnicas, nuevos formatos de papel (cuanto más grandes mejor), nuevos entornos… y que sean ellos quienes te cuenten qué han realizado. Y si puedes, ¡será todo un orgullo para ellos si expones su obra en algún lugar importante de la casa!

Relajarse. Los niños también necesitan momentos de relax y descanso. Ellos también se cansan así que a disfrutar de esos momentos de calma, de un buen libro o simplemente mirar al infinito en silencio… Darles este permiso les hará valorar mejor el momento.

Jugar libremente. Es el momento de dejarles tiempo de calidad para jugar, tiempo para que surja el juego libre y espontáneo donde es el niño el que decide a qué y cómo jugar. Y permitirnos parar un segundo a observarlos en silencio, sin interrumpir y disfrutando de su libertad y autonomía. Te aseguro que te regalarán un momento único.

Descubrir que son capaces. El agua es un medio donde cada verano los niños experimentan nuevos retos. Cada uno a su ritmo y a su manera. Y cada año superan un obstáculo nuevo. Es un medio perfecto para hacerles ver que si quieren, ellos son capaces de hacer todo lo que se propongan. Y cuando lo consiguen sus caras se iluminan con un: “lo he conseguido, me he atrevido”. Y para ellos creo que lo fundamental es estar a su lado, animarles positivamente a intentarlo, a hacerles ver que si quieren y se sienten seguros son capaces de conseguirlos y acompañarlos, sin forzar, en ese camino de superación.

Llevar a cabo una idea. Durante todo el año los niños tienen ideas espectaculares pero no siempre podemos ofrecerle el tiempo ni el espacio necesario para desarrollarla. Yo recuerdo con cariño un verano en que mi hermano y yo montamos, junto con la ayuda de mis padres, un puesto donde vendíamos figuras creadas con caracolas como subvenir del lugar de veraneo en el que estábamos. Fue una idea genial que es el día de hoy que recuerdo. No sé qué clase de idea se les puede ocurrir a tus hijos pero seguro que puedes acompañarlos para sacarla adelante y hacer que extraigan todo su talento creativo. Puede ser desde crear algo con cajas de cartón, poner un puesto de pulseras o limonada para los vecinos, crear una liga de fútbol entre los amigos… ¡Cualquier idea siempre encierra un aprendizaje si se lleva acabo!

Jugar con los amigos. Es verdad que podemos disponer de más tiempo para pasar en familia, y eso es algo súper valioso y que debemos aprovechar pero también creo que el verano es un magnífico momento para que los niños disfruten jugando con sus amigos, que se encuentren con aquellos que ven menos y que conozcan nuevos. No sé si lo has notado pero los niños necesitan niños para jugar y estos encuentros hay que procurarlos!

Hacer un maratón de pelis. Quizás durante todo el año las pantallas están más o menos restringidas pero el verano está para saltarse un poco las normas. Por eso organizar de vez en cuando maratones de pelis con palomitas son oportunidades únicas de vivir momentos no muy permitidos, en familia!

Olvidarse de los deberes. Soy de las que piensan que durante el curso escolar se han esforzado mucho y que no deben de hacer deberes como tales durante el verano. Pero encuentro que es interesante jugar a refrescar cosas que han ido adquiriendo durante el año, a modo de juego sin necesidad que se convierta en un deber: disfrutar de un buen libro, practicar la escritura haciendo listas de la comprar o de los planes que le gustaría hacer, escribir en su cuaderno de viaje, practicar las mates con juegos de agua… ¡Si quieres que practiquen alguna cosa, dale la vuelta y haz del deber clásico un momento de juego!

Y para que puedas poner este último punto en práctica (con aquellos niños que ya saben escribir o acompañando a los que no), os dejamos un imprimible gratuito con “Mis aventuras del verano 2015″, relacionado con lo que acabamos de comentar, donde los niños pueden ir utilizando durante el transcurso del verano e ir apuntando lo que han ido haciendo. Y para que al acabar la temporada estival, vuelvan a revisar sus aventuras, comentarlas en familia y valorar todo aquello que han hecho.


FUENTE: BLOG REJUEGA

1 comentario:

  1. Again - I say THANK YOU, THANK YOU for all you did for los peques durante el curso escolar!!! Son buenos consejos que habeis enumerado arriba!!

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